La noche también debe descarbonizarse, por David Trebolle, secretario general de Protermosolar
«En España, existen más de 20 proyectos termosolares de calor de proceso operativos, que se duplicarán en 2023, gracias a los paybacks que disponemos actualmente de 2-3 años». Lo dice David Trebolle, secretario general de Protermosolar, la Asociación Española para la Promoción de la Industria Termosolar, en un artículo que hemos publicado en nuestro Anuario 2022 y que traemos hoy aquí. Sí: amortizaciones de entre dos y tres años. La hora de la termosolar parece que ya ha sonado. Para aplicaciones industriales, al menos. De ello, y de su vocación nocturna como fuente de electricidad, y de su condición de renovable gestionable, y de la subasta, y de muchas otras cosas habla Trebolle en las líneas que siguen. Una de esas tribunas para no perderse.
2022 termina con la vigésima séptima cumbre para el clima (CoP 27), en Egipto. Bajo una visión y certeza preocupantes, ya que muy posiblemente de mantenerse el ritmo actual de emisión de gases de efecto invernadero, se alcanzará un incremento de temperatura media de 1,5 grados en la próxima década. En España, atendiendo a la contribución de emisiones de gases de efecto invernadero por sectores, el transporte sigue siendo el más emisor, con el 27,7%, seguido de la industria (21,4%), la agricultura y ganadería (14,1%), la generación de electricidad (10,3%), el consumo de combustibles en los sectores residencial, comercial e institucional (8,2%), y los residuos (5,1%).
La tecnología termosolar debe jugar un papel determinante en España en dos de ellos: la descarbonización de la generación de electricidad y la aportación calorífica en la industria, que conjuntamente representan el 31,7% de las emisiones totales. En lo que respecta a la generación de electricidad, 2022 debe ser un año de reflexión para la tecnología termosolar. Tras muchos años, el pasado mes de octubre se convocaba y celebraba una subasta para la asignación de un contrato de compraventa de electricidad a 20 años, pero, desafortunadamente, esta ha quedado desierta y no se ha asignado ningún megavatio solar termoeléctrico.
Cabe destacar el interés y nivel de participación que suscitó la convocatoria de la subasta que movilizó más de setecientos megavatios (700 MW) en el sector termosolar. Sin embargo, al no disponer de visibilidad sobre la fecha a la que optar al punto de conexión, junto con el riesgo de ejecución del aval presentado en la subasta por razones ajenas a cada empresa, ha supuesto que al menos 500 de los 700 MW no se presentasen finalmente a subasta.
El reto de cara a las próximas convocatorias de subasta debe contemplar dos aspectos fundamentales: incorporar un nuevo diseño de subasta que permita ajustar mejor las ofertas de subasta a los costes reales de la tecnología y la consideración de tecnologías de respaldo con producción renovable, síncrona y de ámbito nocturno.
Desde Protermosolar consideramos que los factores clave a considerar en un diseño de subasta termosolar son:
(1) La consideración de la inflación, debido a las tensiones de los mercados de materias primas y suministros, así como la creciente subida de los tipos de interés
(2) una mayor hibridación con tecnología fotovoltaica, que permita maximizar la producción tanto en ámbito diurno como en ámbito nocturno, consiguiendo factores de capacidad con una producción anual superior a las 4.000 horas equivalentes;
(3) un nuevo esquema de exposición a mercado, que siga permitiendo la producción en horas marginales sin que ello suponga un sobreprecio en las ofertas. Incentivando una subasta en exclusiva para tramos nocturnos, ya que el sistema eléctrico en el medio plazo se enfrenta al reto de la descarbonización nocturna;
(4) un número de años del esquema regulatorio que acompañe a la vida útil de este tipo de centrales, superiores a los 20 años.
No debemos olvidar que la tecnología termosolar con almacenamiento térmico es la única renovable no emisora de CO2 que realmente puede reducir la dependencia del gas natural para la generación eléctrica nocturna, gracias a su capacidad de almacenamiento y su condición síncrona, superando en competitividad técnica y económica a la energía fotovoltaica con baterías en casos comparables.
Por estos atributos, el valor de la tecnología termosolar no se debe medir exclusivamente por el coste de la energía producida, ya que su papel, gracias al almacenamiento y capacidad de reducir vertidos, es fundamental para que el sistema pueda alcanzar altos índices de penetración renovable intermitente, ayudando a reducir nuestra fuerte dependencia del gas y de los ciclos combinados.
De ahí que la revisión del nuevo Plan Nacional de Integrado de Energía y Clima, prevista para el año 2023, debe seguir considerando el rol determinante que la tecnología termosolar está llamada a ser en el ámbito de la transición energética de las energías renovables con respaldo en el sistema eléctrico.
En lo que respecta a la industria, el 74% de su energía demandada es en forma de calor. Según la Agencia Internacional de la Energía, la descarbonización del sector industrial presenta uno de los mayores retos entre todos los sectores, ya que el 90% de ese calor necesario se genera a través de la quema de combustibles fósiles, mediante carbón (45%), gas natural (30%) y derivados del petróleo (15%).
Así, en España, existen más de 20 proyectos termosolares de calor de proceso operativos, que se duplicarán en 2023, gracias a los paybacks que disponemos actualmente de 2-3 años.
Un ejemplo de estos proyectos es el que lanzará la fábrica de cerveza de Heineken en Sevilla junto con Engie y Azteq, con un PPA a 20 años, que permitirá la descarbonización del 60% de la demanda de gas de la fábrica.
No olvidemos que los objetivos climáticos no entienden ni de tensiones en los mercados ni de cualquier otro factor coyuntural.
La solución debe comenzar hoy: es preciso descarbonizar los procesos industriales y la noche en el sector eléctrico.