La termosolar prepara su resurrección tras siete años en barbecho

25 de octubre de 2020

La planificación del Gobierno prevé que esta tecnología, que estuvo liderada por Abengoa, Sener o TSK, triplique su volumen en 2030.

La termosolar fue el emblema del despegue de las renovables en Andalucía y la gran apuesta internacional de compañías como Abengoa, Sener o TSK. El recorte que el Gobierno de Rajoy tuvo que aplicar en las primas de las renovables en 2012 —cuando España estaba al borde del rescate— cortocircuitó su desarrollo. Un letargo que ahora puede llegar a su fin. «Tenemos futuro, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima estima que hasta 2030 debería haber 5.000 nuevos megavatios termosolares, lo cual demuestra que somos necesarios», afirma el ingeniero sevillano Gonzalo Martín, secretario general de Protermosolar (la patronal de este sector).

Hay dos grandes tecnologías que permiten convertir la luz en energía. Por un lado está la fotovoltaica, con paneles formados por celdas de silicio, que captan la radiación solar (en forma de fotones) y emiten electrones (que al ser capturados producen corriente eléctrica). Al inicio del boom de las energías verdes la fotovoltaica era costosa y poco eficiente, y los proyectos que se desarrollaron tenían una dimensión reducida ya que lo habitual eran plantas de entre tres y siete megavatios (MW).

Frente a ello, la termosolar era entonces la gran esperanza de la transición energética. Funciona con campos de espejos que concentran los rayos solares en un punto, generando así temperaturas de más de 1.000 grados, con el que se calienta un fluido que, a su vez, genera el calor necesario para mover con vapor una turbina (que produce finalmente electricidad). Requería inversiones elevadas pero su dimensión era prometedora (algunas de estas plantas superaban los 100 MW). En Andalucía tuvo un predicamento especial, con la construcción de 22 centrales que suman 1.000 MW (casi la mitad del total instalado en España). Fue la bandera con la que Abengoa desembarcó en EE.UU., con dos megaproyectos en California y Arizona.

Nueva etapa

En la nueva transición energética que comenzó a partir de 2016 las tornas han cambiado. La drástica reducción del coste de los paneles y el aumento de su eficiencia han convertido a la fotovoltaica en el rey del nuevo boom renovable. «Hay más de 26.000 MW en distintas fases de desarrollo en Andalucía y, de ellos, el 91% es fotovoltaico», apunta Fernando Aráuz de Robles, director general de Energía de la Junta de Andalucía. Algunas de estas iniciativas suman, por sí solas, casi 1.000 MW, con lo cual también en la dimensión de los proyectos esta tecnología ha cogido el cetro del negocio.

Pero los promotores termosolares también están calentando motores. «No somos incompatibes», remarca Martín, que incide en que «la fotovoltica es la energía más barata mientras brilla el sol, pero la gran ventaja de la termosolar es que puede almacenar la energía y vertirla en la red durante la noche». No son dos tecnologías comparables, sino «complementarias». El mayor coste de la termosolar (actualmente es más del doble de cara), se compensa por el hecho de que sea «gestionable» (puede guardar la energía durante semanas y sirve de respaldo al sistema cuando no hay viento para la eólica ni radiación para los paneles).

Este año ha concluido un proceso que comenzó en 2017: casi todas las grandes plantas termosolares que se promovieron entre 2005 y 2013 han cambiado de dueño. Una de las centrales más reconocidas es Gemasolar, una gran torre luminosa en Fuentes de Andalucía, visible desde la autovía que une Córdoba y Sevilla. Promovida por la compañía vasca Sener, el pasado mes fue adquirida por el fondo de inversión Q Energy, que también ha comprado las dos plantas que Sener tenía en Cádiz y una de TSK (denominada La Africana) en Córdoba. También en 2020 el fondo británico Cúbico se hizo con Arenales Solar en Morón de la Frontera, y ya en 2017 había adquirido otras dos plantas en Granada (Andasol I y II).

Las centrales que en su día promovió Abengoa quedaron bajo la propiedad de Atlántica Yield (cuyo principal accionista es el grupo canadiense Algonquin). Y el fondo inglés Contourglobal compró en 2018 las cinco plantas de Acciona. «Es un proceso natural, estos activos han pasado de las manos de sus promotores industriales a las de grandes fondos de inversión especializados en la gestión de activos con una rentabilidad garantizada», recuerda Gonzalo Martín.

Tras la reforma eléctrica estos proyectos tienen una rentabilidad garantizada por el Gobierno del 7% (antes de la crisis era del 10%). «El interés de estos fondos constata que la termosolar es ya una tecnología muy contrastada cuyas plantas tienen un funcionamiento óptimo, de lo contrario no se habrían dado estas operaciones». También hay nuevos promotores que han apostado por el sector: es el caso de Ence, líder en biomasa, que en 2019 compró la termosolar de Iberdrola en Puertollano.

Un plan en dos fases

El plan de resurrección para esta tecnología tendría dos fases. Las 50 centrales existentes en España iniciaron su promoción en 2005 y terminaron de concluirse en 2013, cuando la tecnología aún estaba madurando, de ahí que solo el 40% de estas plantas se dotaran de una infraestructura para el almacenamiento de energía. «La mayoría dejó la instalación preparada para poner el almacenamiento en el futuro, así que si el marco normativo lo permite y el Estado reconoce la inversión en la rentabilidad de estas centrales, con un desembolso pequeño podríamos duplicar la capacidad de almacenamiento». Casi toda la cadena de suministro industrial de esta energía está en Andalucía y, tras el parón de 2013, se ha detenido. «Estos proyectos de mejora servirían para reactivar paulatinamente a los proveedores andaluces, que podrían ir preparándose para las futuras centrales».

Imagen de la planta Solaben
Imagen de la planta Solaben – ABC

La esperanza del sector es que en las futuras subastas de potencia se contemple la adjudicación de potencia termosolar, que debe garantizar unos precios mínimos (ya que su coste no le permite funcionar en el mercado libre). «Hay grupos nacionales e internacionales que están tomando posiciones en esta nueva etapa de reactivación de la industria», remarca. Si se cumplieran las previsiones del PNIEC se triplicaría la capacidad de generación.

Avances

El sector ha dado un salto en innovación. Las futuras plantas serán híbridas (combinarán fotovoltica y termosolar) y las mejoras operativas permiten una reducción drástica de los costes de operación (según la Agencia Internacional de Energías Renovables la termosolar ha reducido costes de un 50% desde 2010). Y se investigan tecnologías (como el proyecto H2020 InPower) que reducirían sensiblemente el coste actual. Las compañías españolas han sido responsables de la expansión de estas centrales a EE.UU., Sudáfrica o Emiratos Árabes. Ahora es China la que está desarrollando grandes inversiones para ponerse a la vanguardia del sector. En el sector consideran que si España vuelve a apostar por la termosolar será un acicate para crecer de nuevo en el mercado internacional.

El sector también confía en la apertura de nuevos segmentos en los que la termosolar tenga un hueco. Hay grandes industrias como las cementeras o las mineras que requieren aplicar calor a sus procesos fabriles, y eso es lo que producen de manera primaria las termosolares. El calor que generan sus espejos puede servir para surtir directamente a este tipo de grandes compañías. En esta línea hay proyectos de investigación europeos como Solpart, que analizan cómo aplicar este tipo de soluciones.

Luis Montoto

https://sevilla.abc.es/economia/sevi-termosolar-prepara-resurreccion-tras-siete-anos-barbecho-202010250851_noticia.html

Recibe nuestras noticias por email

Recibe todas las novedades publicadas en nuestro portal de noticias.