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El cierre de SolarReserve, un caso aislado de la industria termosolar

7 de febrero de 2020

En el 2016, cuando SolarReserve conectó su central termosolar de Crescent Dunes, de 110 MW en el estado de Nevada, alcanzó su auge como empresa. Pero el disfrute de alcanzar ese pico no se pudo prolongar. Y habiendo pasado casi ya cuatro años de aquel momento, la empresa presentó hace unos meses su bancarrota. Y hace unos días, cesó de forma definitiva toda su actividad.

¿Cómo se ha llegado a este cambio radical? Bueno, a finales del mismo año 2016 ya empezaron a anunciar fallos que les obligaba a cerrar la central puntualmente. Mirando a día de hoy a vista atrás, esos problemas no los han llegado a solucionar en ninguna ocasión. A esto, se le debe sumar una gestión poco acertada que ha llevado a una falta de liquidez de la compañía, lo que les acabo llevando a vender su único activo estadounidense, y el único que les daba beneficios, así como sus proyectos termosolares en el extranjero. Estamos hablando de Aurora en Australia y Likana en Chile.

Y ni aún con todas estas ventas llegaron a subsanar todas las pérdidas.

Sobre los problemas que llevaron a esta situación límite habló Luis Crespo, presidente de Protermosolar. “Esta empresa solo tenía en funcionamiento la central de Crescent Dunes pero había dado muchos problemas en los últimos años. Esos problemas eran de dos tipos, de diseño y de operación, las fugas en uno de los tanques llenos de sal fundida provocaron el cierre de esta central de más 1.000 millones de euros y tuvo que ser desconectada en varias ocasiones. Además, SolarReserva se arriesgó mucho en los mercados internacionales y no gestionó bien su capacidad económica. Así que, después de un año en concurso de acreedores, ha tenido que cerrar.”

Kevin Smith era el CEO de la empresa. Y abandonó el barco hace ya un año.

Crescent Dunes contaba con una tecnología de almacenamiento de energía mediante sal fundida desarrollada en Estados Unidos. Y era una de las únicas empresas que trabajaba mediante un sistema de torre central o central de heliostatos con seguimiento. Estas se tratan de una extensión de 1,2 millones de metros cuadrados de vidrio, más de 1.000 espejos rastreadores, que miran y lanzan la energía del sol hacia su receptor, una torre de 200 metros de altura.

Por ello, el pasado octubre, la administración pública tomó el control de la Junta de la entidad vinculada a SolarReserve, Tonopah Solar Energy. Esto fue un intento de cerrar Crescent Dunes tras que se conociera que NV Energy rompiera el acuerdo por la falta de rendimiento de la central. Dado que la fuga de los tanques de sal llegaron a tenerla en cerrada más de ocho meses.

¿Qué consecuencias tendrá la desaparición de la empresa termosolar de EE UU?

Luis Crespo destaca que es un problema aislado de esta empresa. “Es cierto que noticias como ésta podrían hacer daño a esta tecnología pero lo que le ha ocurrido a Crescent Dunes es un caso único.

En España tenemos ejemplos de éxito ya por una década de modelos similares, como es el caso de Gemasolar, de la española SENER, la primera central termosolar del mundo en operación comercial en utilizar la tecnología de torre y sistemas de almacenamiento en sales fundidas promovida por la empresa Torresol Energy. Ha llegado a enlazar hasta 36 días continuados de generación de energía gracias a su sistema de almacenamiento, lo que le permite producir electricidad sin necesidad de interrumpirla por la noche y que se convierte en el ‘factor diferencial’ de esta central.”

Los continuos problemas de la central no fueron el único motivo del cierre, ya que la central nunca llegó a alcanzar su producción esperada al mes. De tal forma que S&P Global Platts, dijo que la termosolar solo había logrado un factor de capacidad del 0,3% en el segundo trimestre de 2019. Con una entrega de 765 MWh a la red. Dato inferior al prometido.

Sobre ello, el responsable de Protermosolar, zanjó el tema de la siguiente manera: “Pese a Crescent Dunes, la tecnología de torre central o de heliostatos es perfecta en latitudes de EEUU, norte de México, sur de España, norte de África y China, mientras que la tecnología de canales cilindroparabólicos, la más extendida encaja más en zonas con más radiación, como Dubai, India o Sudáfrica.“

La tecnología española se está revalorizando en todo el mundo. En EEUU la desaparición de la termosolar deja a BrightSource como el único promotor de centrales con experiencias en el país. Ya que eSolar desapareció por allá del 2017.

Por su parte, BrightSource, que cuenta con un perfil bajo en EE UU, ha reenfocado sus esfuerzos en los mercados extranjeros y especialmente en un solo proyecto. Se trata de un proyecto de 121 MW lamado Ashalim en el desierto de Negev de Israel.

Ivan Pardo Fariñas, ielektro.es

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